20 años no es nada...

Se cumplen veinte años... parece mentira... como se nos va el tiempo entre pestañeo y pestañeo.

España se presentaba al mundo como una democracia asentada, como un país más allá de los emergentes. Dos grandes acontecimientos mundiales se iban a realizar en nuestro país: las olimpiadas en Barcelona y la exposición universal en Sevilla.

Comenzó la historia presentando a las mascotas... más de uno nos llevamos las manos a la cabeza... Cobi y Curro... Curro y Cobi... Todos esperabamos que eso fuese lo peor de ambas fiestas universales, gracias al esfuerzo de todos eso se cumplió e incluso nos cayeron simpáticos ambos y hasta guapos (bueno eso no).

La organización, la estética, la presentación al mundo de ambas ciudades fue increíble: creo que aún más de uno se le abre la boca cuando recuerda la ceremonia de apertura de los Juegos o la futurista visión que degustaba al entrar por las puertas de la Expo.

Todo ello logrado porque por una vez en la historia de este puto país parecía que todos remabamos en la misma dirección: hacia el éxito. Queríamos grabar a fuego, en el resto de países, que se habían dejado atrás muchas cosas, recuerdos que son difíciles de borrar pero, como dice el refrán, agua pasada no mueve molino. También se dice que quien no conoce su pasado no puede tener futuro... pero no se tiene que vivir continuamente en el pasado, llevándolo a cuesta como un pesado costal como el que llevaban nuestros ancestros a la espalda en esos tiempos que todos sabemos.

Hace veinte años desde que maravillamos al mundo: millones de personas nos visitaron y a todos dejamos boquiabiertos; no sólo con el viaje al futuro planteado en la Expo sino con la forma de ser del sevillano y con las más que históricas reliquias de una ciudad que aún está por descubrir para muchos que vivimos en ella.

¿Quién no recuerda correr de pabellón en pabellón para conseguir un sellito en el "pasaporte"?
¿Quién no recuerda el espectáculo del lago y todas esas noches escuchando desde tu casa los fuegos artificiales?
¿Quién no recuerda las interminables colas para entrar en espectáculos?

Pues ya han pasado veinte años... las nieves del tiempo platearon mi sien...

Hoy día necesitamos de otro esfuerzo similar... de unirnos, de dejarnos de tirar balones fuera y mirarse un poquito el ombligo cada uno y quitarnos esa pelusa que a veces sale y darnos cuenta que todos tenemos un poco de culpa de la situación actual. Es momento de colocarnos hombro con hombro y luchar, momentos en los que realmente vamos a saber como somos, de arroparnos unos a otros y, de nuevo, como hace veinte años, remar todos hacia la misma orilla.

Por cierto, hace veinte años... y aún sigue en Andalucia la segunda "dictadura" de nuestra historia... siempre con el voto del miedo... del miedo de cientos, miles, no sé si millones de andaluces que están chupando del bote que llenamos entre todos, a que les quiten las ayudas, subvenciones, subsidios... que llevan recibiendo desde hace décadas... que no digo yo que más de uno se las merezca, por supuesto, pero aquí en nuestra tierra hay muchos hermanos Grimm que viven de contar el cuento del zeñorito a caballo.


Crudelius est Quam mori Semper timere mortem

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