De la pena a un ramito de violetas

¡¡¡Bienvenidos al blog de fuedtecito!!! Espero que los compis se piquen, comiencen a escribir en breve y publiquen... Yo ya no sé de qué escribir mas ni para qué o quién... Últimamente publico y escribo sin ton ni son, sin saber que quiero decir ni despertar en el lector... Así que este post, antes de que siga leyendo querida IP, es otra hez como las últimas... y el que avisa no es traidor. Por ello, no pondría mucho empeño en leerlo pues aquí de lo que se trata es de que usted pinche en el enlace y a nosotros nos aparezca, tras recuento distintivo de IP's, como una "lectura" (muy entrecomillada) del mismo.

Tras mi última publicación "Aceptando la desesperación" pensé que ese título podría valer para temas mucho más triviales en los cuales, llegado el momento, terminas exhausto de luchar y esforzarte para no conseguir nada, esa inspiración que se hace eterna, en la que parece que el corazón no volverá a latir prohibiéndote del gozo de sentir el calor que desprende la sangre al fluir por el cuerpo, instante en el que recapacitas y te dejas llevar, te niegas a seguir remando, abandonas la ilusión para que la deriva te guíe. El remanso del conformismo o saber que pocos fines buscados realmente puedan depender de lo mucho o poco que te impliques en llegar a la meta.

A veces, parece que estás bordeando la ribera del mar (Ribera del Duero, chica - se trata de un guiño carnavalesco. Explicación sólo para los no versados), montado en una barcaza y que únicamente estás remando con un brazo... sin llegar nunca a la orilla, canalizando tus fuerzas en inútiles esfuerzos, sin parar de dar vueltas en la misma mierda...

Y es que la cosa está muy mala... ¡¡¡he visto que han cerrado hasta un chino!!!
Tras dos meses en prácticas, éstas ya han concluido... otra vez a contarme los pelos de los co...dos... que alguno tengo (seguramente tendré dos... como casi todo el mundo...). Pero tampoco me voy a quejar, siempre hay gente que está peor y además ¿me sirve de algo? Que las personas te comprendan y te apoyen es una cosa y otra cosa es hacer que se preocupen por ti por pena; es triste pensar que de todo debe haber y no es muy agradable darse cuenta que provocas ese sentimiento lastimoso de la pena... Y para muestra un botón... empecé a ver las Paralimpiadas porque zappeando (que no es mandar a freír espárragos a un gato) observé un partido de fútbol para ciegos... Lo primero fue pensar "pobrecitos... míralos... ahí...". Después, fue algo así como "Joder con los tíos estos, menos mal que no ven... ¡pásala! ¡GOOOOL!". Finalmente, tras estos días viendo saltos de longitud, carreras de sillas, baloncesto, natación, ciclismo... No son paralímpicos, no son disminuidos,... son personas las cuales han decidido ser deportistas y que lo hacen muy bien. Son competidores de la vida, tienen mas fuerza de voluntad que muchos y, desde luego, hacen sentir muchas cosas viéndolos... pero nada de pena.

La pena envenena y tergiversa la realidad. Es la panacea para los ineptos y estúpidos que les gusta envolverse en un manto de melancolía irreconciliable con el presente y que no desean abandonar el pasado.

Aunque siempre existe aquel que tiene problemas de verdad y que, queramos o no, nos hace sentir pena. Recuerdo una historia que leí y que me gustaría compartir con vosotros...

Erase una vez...

"Entró en el habitáculo, en su mano un ramito de violetas... Ya podía oler ese perfume embriagador y estimulante. Avanzó y dejó las flores.

Ella estaba allí, acostada, le estaba esperando. Se acurrucó junto a ella, todo debía ser muy comedido, como una película muda, sabía que sus padres descansaban en la habitación contigua. Con mucha ternura comenzó a acariciarla, pasando de sus piernas a la nuca, jugueteando inocentemente con sus senos... Se volvió hacia ella y la besó... Todo muy pausado, todo muy sentido, su deseo fue creciendo poco a poco, hasta que la necesidad fue tal que tuvo que separar sus labios de los suyos. Comenzó a masajearla, acariciando sus muslos, reposando en sus nalgas sus manos, implorando que llegase ese momento.

Y llegó. Se irguió frente a ella, contemplando esa hermosura barroca de su piel pálida... Y la hizo suya... Dulce, muy dulcemente. No quería pensar en nada mas: ella y él. Pero sabía que no podía relajarse, sus padres podían oírles... No hubo gemidos, ni exacerbados movimientos pélvicos... Todo con mucho amor, con mucho respeto... Era lo mínimo que podía hacer.

Luego, llegó lo inevitable... ese instante donde el alma baja del cielo como caen las hojas caducas en Otoño.
Todo acabó, la miró de nuevo, saboreando su desnudez. Acercó de nuevo sus labios y la besó.
Se vistió y dejó las flores en un jarrón de la entrada.
Abrió y con mucho celo observó que nadie paseaba, que nadie pudiese acusarle...
Salió y cerró la puerta del panteón familiar..."

¿Ven?
Este tío sí que tiene un problema... ¡¡Y de los grandes!!

(Y todo aquel que no haya comprendido este post también... yo el primero...)


Crudelius est Quam mori Semper timere mortem 



Fuedtecito

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